El súperliderato rossoneri rindió frutos y puso frente al Milán al caballo negro de los cuartos de final.
Precedida de una tarde lluviosa llegaba la ansiada semifinal, el partido de revancha de los últimos tres torneos en los que no se llegó a la final. Con grandes esperanzas, confianza, talento y la garra característica, los lombardos se declararon listos para proclamarse como los primeros finalistas del torneo.
Así pues, la noche no empezó bien con algunos descuidos defensivos que lo obligaron a remar contracorriente. Con el marcador en contra, los rossoneri poco a poco se adueñaron del balón y de la posición en la cancha. Ganaron terreno y las jugadas ofensivas cayeron en mayor medida de tal forma que Nanan igualo el marcador al culminar una jugada de riñones de Yamil y una gran asistencia de Jair. Este último, pondría adelante al Milán con una gran definición para lograr la ventaja antes de terminar la primera mitad.
Ya para la segunda parte, una gran definición de tiro libre por parte de Juve le daría la tranquilidad al Milán para llevar el juego con el resultado a favor a buen puerto. De esta forma, los rossoneri lograron incrementar su ventaja con un magistral contragolpe culminado por Adán, la revelación lombarda del torneo en la ofensiva.
Ya faltando menos de diez minutos para el término del encuentro, Beto sufriría un golpe que lo haría salir de la meta lombarda y Nanan tomaría su lugar. Un tanto en contra pondría cierta presión; sin embargo, Jair puso las cifras definitivas en los cartones con un potente disparo desde los once pasos.
De esta forma, el Milán está nuevamente en una final y llega con toda la fuerza, talento y mentalidad para llevarse el campeonato.
¡¡¡Vamos Milán, estamos donde queríamos estar!!!
¡¡¡Tenemos la gran oportunidad en nuestras manos y hay que tomar el trofeo de una buena vez!!!
¡¡¡Es ahora o ahora!!!
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