El título anticipa el resultado de una larga noche pasada por agua, que afectó el campo de juego y sobre todo, el juego a ras de pasto del Milán. Sin embargo, esto no es pretexto para no haber salido victoriosos como tantas veces...
El rival era conocido, se sabía a qué y cómo jugaba, así como la motivación que tenía al haber eliminado a los dos primeros de la tabla para colarse en la final. No obstante el Milán nunca pudo acoplarse al campo de juego, pareció desconcentrado en ocasiones, inoperante y falto de ideas en otras.
El ambiente extra cancha no era el ideal, no el de la temporada anterior, el Milán parecía que había llegado al climax de su futbol un juego antes del más importante...
El partido inició como todos los partidos importantes, tenso, centrado en la media cancha, con dos equipos que apretaban la salida y se paraban bien en el campo. Los rossoneros tuvieron algunas oportunidades ante salidas no muy ortodoxas del portero rival pero no se fue adelante.
Fue hasta ya pasada buena parte del primer tiempo, que una destaención de la zaga lombarda daría la oportunidad al rival de irse arriba en el marcador. El Milán estaba abajo por un tanto, sin embargo, estaba confiado a que se podría levantar; incluso tuvo una clarísima oportunidad que dejó ir antes de terminar el primer lapso... pero no fue así.
El Milán seguría con todo al frente al inicio de la segunda mitad, se controlaba al rival se tenían oportunidades, hasta que el goleador del equipo -Jair "Pato" Mondragón- empataría los cartones con un tiro raso y colocado precedido de una buena jugada de conjunto: 1-1 era el marcador a más de 10 minutos por jugarse.
Los rossoneros seguían volcados al frente, incluso habiendo modificado su formación habitual, sin embargo, corrían ciertos riesgos en la zaga, que bien a bien, se habían resuelto con grandes lances de "Dida". El MIlán nuevamente ajustó y controló al rival para tenerlo prácticamente maniatado.
Ya en estas circunstancias, en un encuentro que olía como nunca a penales... vendría la fatídica falta en contra, algunos errores defensivos y un balazo que se incrustaría en la horquilla superior de la portería dejando más que helado al conjunto rossonero.
Los 3 minutos que faltaban se irían como agua, con un rival haciendo tiempo y un Milán desesperado y todavía en shock. No podían creer lo que les había pasado... en fin...
Finalmente, sonaría el silbato y vendría la entrega de premios... sin la enorme felicidad del torneo anterior, pero eso sí... con la mente bien puesta en corregir los errores para obtener nuevamente un cetro de campeón.
!!!Hoy es tiempo de unir esfuerzos, sacar todo ese coraje e impotencia por no haber conseguido el objetivo del bicampeonato, ajustar y ordenar, pero sobre todo... tiempo de renovar el compromiso con el equipo, con los amigos, con la familia rossonera!!!
¡¡¡Vamos Milán... Felicidades por el logro, el sudor, la energía, el coraje, el tiempo invertido en este torneo. Hoy sabemos que ese pequeño paso que nos faltó, lo podemos dar y lo vamos a hacer el siguiente torneo!!!
¡¡¡Y por último... gracias... muchas gracias a todos y cada uno de los miembros de este increible y grandioso equipo. Vamos por todo... la batalla apenas empieza!!!
1 comentario:
señores muchas felicidades por los logros.no cualquier equipo tiene un campeonato y subcampeonato en dos torneos seguidos y sobre todo en su tercer torneo juntos. Hemos hecho un excelente equipo. Vamos por el tercer trofeo.
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